Con la llegada del verano y las altas temperaturas, aumenta la incidencia de toxiinfecciones alimentarias. Las altas temperaturas favorecen el crecimiento de microorganismos en los alimentos, lo que puede causar enfermedades. Por este motivo, durante la época estival es muy importante extremar las prácticas correctas de higiene durante la manipulación y conservación de los alimentos.
En honor al Día Mundial de la Seguridad Alimentaria, queremos recordarles 10 normas básicas que pueden ayudar a garantizar la seguridad de los alimentos que servimos. Siguiendo estas recomendaciones, podemos prevenir la mayoría de las infecciones alimentarias y disfrutar de un verano saludable.
1. Lavarse las Manos Frecuentemente
La higiene personal es la primera línea de defensa contra la contaminación de alimentos. Es crucial lavarse las manos frecuentemente, especialmente al empezar a manipular alimentos, entre la manipulación de diferentes alimentos y después de usar el servicio higiénico.
2. Lavar y Desinfectar las Frutas y Verduras
Las frutas y verduras que se consumen crudas o con piel deben lavarse y desinfectarse adecuadamente para eliminar posibles contaminantes. Esto reduce el riesgo de ingerir bacterias y pesticidas que pueden estar presentes en la superficie.
3. Mantener la Cadena de Frío
No romper la cadena de frío es esencial para prevenir el crecimiento bacteriano. Los alimentos deben mantenerse a temperaturas de refrigeración o congelación el mayor tiempo posible, desde su compra hasta su consumo.
4. Limpiar y Desinfectar Superficies y Utensilios
Después de cada uso, las superficies y utensilios de trabajo deben limpiarse y desinfectarse. Esto ayuda a evitar la contaminación cruzada entre diferentes tipos de alimentos.
5. Almacenar Correctamente los Productos
Los productos deben almacenarse correctamente para mantener su seguridad. Una vez abiertos, es importante guardarlos bien protegidos y etiquetados con la fecha de apertura para un control más efectivo.
6. Preparar los Alimentos con la Menor Antelación Posible
Preparar los alimentos lo más cerca posible de la hora de consumo ayuda a minimizar el tiempo que los alimentos están expuestos a temperaturas que pueden favorecer el crecimiento de microorganismos.
7. Cocinar los Alimentos a la Temperatura Adecuada
Es importante seguir las instrucciones de la etiqueta al cocinar productos en el horno, asegurando que se alcancen al menos 75°C en el centro del producto para eliminar cualquier bacteria dañina.
8. Mantener los Platos Fríos en Refrigeración
Los platos fríos deben mantenerse en refrigeración hasta el momento del servicio para evitar la proliferación de bacterias.
9. Atender a las Dietas Especiales
Especial atención debe prestarse a las dietas especiales, como las relacionadas con alergias e intolerancias alimentarias, para evitar reacciones adversas.
10. Llevar un Registro Diario
Anotar diariamente los controles realizados y guardar muestras testigo del menú servido ayuda a mantener un registro claro y preciso de la seguridad alimentaria.
La implantación de un Sistema de Autocontrol basado en el Sistema de Análisis de Peligros y Puntos de Control Críticos (APPCC) y los Planes de Prerrequisitos es fundamental. El cumplimiento de unas prácticas correctas de manipulación es crucial para garantizar la seguridad alimentaria. Es responsabilidad del centro asegurarse de que todas las etapas de manipulación de alimentos bajo su control cumplan con los requisitos de higiene obligatorios.
En verano, cuando las temperaturas son más altas, es esencial ser especialmente cuidadoso con la seguridad alimentaria. Siguiendo estas diez normas básicas, podemos minimizar el riesgo de toxiinfecciones alimentarias y disfrutar de la comida de manera segura. Recordemos siempre que la seguridad alimentaria es responsabilidad de todos y cada uno de nosotros.